Quién es:

Árbol originario de Europa y norte de África. Conocido como alcornoque. Muy extendido por la explotación de su corteza, de la que se obtiene el corcho.

Cómo es:

Árbol de hoja perenne, crecimiento lento, de tamaño y porte medianos, puede alcanzar los 25 m de altura. Se asemeja bastante a la encina con la excepción de su característica corteza, muy gruesa, esponjosa y ligera. Inicialmente posee porte erecto, pero se va inclinándose y retorciéndose a medida que crece. Hojas de 4 a 7 cm de longitud, lobuladas o aserradas, de color verde oscuro por el haz y más claras y pilosas por el envés. Flores masculinas y femeninas en el mismo árbol, sin valor ornamental. El fruto es una bellota alargada de unos 2-3 cm de longitud

Qué le gusta:

Las exposiciones soleadas o en semi-sombra. Aguanta bien el calor, aunque no prospera en climas demasiado secos. Resiste la sequía media y las heladas, siempre que no sean muy intensas

Qué odia:

Las ubicaciones con mucha humedad en el suelo, especialmente si le acompaña la falta de drenaje

En qué suelo le gusta vivir:

En los silíceos, sueltos y permeables, bien drenados y de pH neutro, con textura arenosa o franca

Y en el jardín:

Posee gran valor ornamental. Por lo general, se suele utilizar aislado, como árbol ejemplar, por lo que habitualmente se comercializa en tamaños/portes grandes.

Algo curioso:

Además del aprovechamiento del corcho, su fruto, la bellota, se utiliza para la alimentación animal, sobre todo porcina. Su madera es muy dura y se utiliza para la fabricación de herramientas.